El desempleo juvenil en Chile sigue siendo un problema importante, con uno de cada cinco jóvenes menores de 25 años sin trabajo. Esta cifra sitúa a los jóvenes, junto con los adultos mayores, como el grupo más rezagado en la recuperación económica post-pandemia.
Según relatos recopilados de jóvenes desempleados, la falta de experiencia previa es una de las principales razones que dificultan su acceso al mercado laboral. Muchos de ellos residen en regiones fuera de Santiago, donde las oportunidades laborales son más escasas. La frustración es evidente, especialmente después de invertir en una educación costosa que no se traduce en oportunidades laborales.
Carmen Cifuentes, investigadora de CLAPES UC, destaca que los requisitos de experiencia son una barrera significativa para los jóvenes que buscan trabajo formal. La masificación de la educación terciaria ha llevado a una mayor competencia por puestos laborales, lo que dificulta aún más la inserción laboral de los jóvenes. Muchos jóvenes, al no encontrar trabajos con horarios flexibles, recurren al mercado laboral informal, una tendencia que se ha visto agravada por la crisis sanitaria.
Aunque la proporción de jóvenes que no estudian ni trabajan ha disminuido del 23,3% al 13%, sigue siendo una preocupación. Juan Bravo, director de OCEC-UDP, señala que dentro de este grupo se encuentran personas que realizan trabajo no remunerado, lo que refleja la diversidad de situaciones laborales precarias que enfrentan los jóvenes chilenos. A pesar de ello, solo un pequeño porcentaje de jóvenes se encuentran inactivos por elección propia, lo que sugiere que la mayoría desea incorporarse al mercado laboral pero se enfrenta a obstáculos significativos.
06.09.2024
Altas tasas de desempleo juvenil en Chile: un desafío persistente
Altas tasas de desempleo juvenil en Chile: un desafío persistente
Un panorama desafiante para la generación más joven
El desempleo juvenil en Chile sigue siendo un problema importante, con uno de cada cinco jóvenes menores de 25 años sin trabajo. Esta cifra sitúa a los jóvenes, junto con los adultos mayores, como el grupo más rezagado en la recuperación económica post-pandemia.
Según relatos recopilados de jóvenes desempleados, la falta de experiencia previa es una de las principales razones que dificultan su acceso al mercado laboral. Muchos de ellos residen en regiones fuera de Santiago, donde las oportunidades laborales son más escasas. La frustración es evidente, especialmente después de invertir en una educación costosa que no se traduce en oportunidades laborales.
Carmen Cifuentes, investigadora de CLAPES UC, destaca que los requisitos de experiencia son una barrera significativa para los jóvenes que buscan trabajo formal. La masificación de la educación terciaria ha llevado a una mayor competencia por puestos laborales, lo que dificulta aún más la inserción laboral de los jóvenes. Muchos jóvenes, al no encontrar trabajos con horarios flexibles, recurren al mercado laboral informal, una tendencia que se ha visto agravada por la crisis sanitaria.
Aunque la proporción de jóvenes que no estudian ni trabajan ha disminuido del 23,3% al 13%, sigue siendo una preocupación. Juan Bravo, director de OCEC-UDP, señala que dentro de este grupo se encuentran personas que realizan trabajo no remunerado, lo que refleja la diversidad de situaciones laborales precarias que enfrentan los jóvenes chilenos. A pesar de ello, solo un pequeño porcentaje de jóvenes se encuentran inactivos por elección propia, lo que sugiere que la mayoría desea incorporarse al mercado laboral pero se enfrenta a obstáculos significativos.